DOTANDO DE SENTIDO AL SIN SENTIDO
En un artículo anterior, escribiendo
sobre pensamiento y emociones, señalaba que al hablar de un tema tan complejo,
necesariamente, brotan algunas preguntas dentro del quehacer psicológico.
De hecho, plasmar respuestas siempre
puede sonar prematuro e irresponsable, ya que las preguntas deben hacer
germinar nuevas preguntas en pos de la construcción del conocimiento y del
saber. A partir de esta premisa, diré que en las siguientes líneas, no se
encontrarán respuestas, sino discusiones y perspectivas para seguir
profundizando y vislumbrando nuevos temas.
Dentro de la psicología, el intento
de armonizar mundos internos y externos, me atreveré a decirlo, es una tarea
loable y necesaria. En este intento, es el individuo el que diseña que diseña
sus parámetros de acción, entendidos como construcciones individuales. Por eso
Vasco refiere que el constructivismo sostiene una reflexión e interpretación
ontológica del proceso de adquisición de conocimiento respecto de la realidad,
esto es, una construcción de sentido a partir de la acción subjetiva que llamamos conocer. El sujeto relativiza
mundos internos y externos como un producto de la subjetividad, tanto a nivel
individual como social, donde se hace necesaria la consideración de elementos
culturales, tipos de relaciones sociales, etc. Entonces, el conocimiento se erige como
resultado o producto de la actividad subjetiva personal y social.
Por eso, no suena descabellado decir
que encontrar sentido dentro del sin sentido, a través de discursos,
narraciones, historias, relatos, es una tarea insoslayable dentro del quehacer
psicológico. El psicólogo no conoce la realidad total del individuo, por eso
suena incluso lógico, que el sujeto cree su propia escala de valores,
obviamente, teniendo presente que es un individuo inserto dentro de una
realidad o realidades sociales
Vasco comenta que no tenemos una
evidencia evidente de que el mundo que otros conocen sea el mundo tal y como lo
conocemos, entonces, nuestra menera de estar en el mundo está diseñada e
influenciada por estados interiores, así como por las experiencias de cada día,
vividas por cada sujeto, es decir, lo racional y lo emocional de nuestras
actividades, por eso es factible comprender y entender las actividades
cognoscitvias como una dotación de sentido a la realidad y de ahí que el dar
sentido al mundo interior y exterior que nos rodea, ya es interpretación.
Estas interpretaciones individuales,
están basadas en la reflexión, tomando las
palabras de Vasco, en el mundo de la vida o en palabras de Habermas, la
vida práctica. A esto Fromm añade que el vivir es un arte y que básicamente
consiste en actualizar lo que uno potencialmente. En este proceso de
construcción, el individuo es al mismo tiempo el artista y el objeto de su arte,
es el escultor y el mármol, el médico y el paciente.
Entonces, las interpretaciones y las
convicciones volátiles se convierten en cimientos importantes de lo que
significa vivir con mundos internos y externos. Por eso Vasco refiere que la
ética se realiza como ruptura, como una actividad que activa la comunicación y
que nace como producto de la razón argumentativa. Por eso se puede decir que no
es una actividad o realidad solipsista de un sujeto capaz de conocerse solo así
mismo. Entonces, el conocimiento de la ciencia ética o humana es concreto, ya
no es abstracto, ya no es universal, sino
particular, no está sujeto a lugares y personas donde se aplica, sino
orientado a las necesidades y posibilidades de lugares y personas.
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