ROLISMOS

DESAPARICIÓN NECESARIA Caminábamos juntos a través de una ruta amplia. No estábamos cansados pero suspirábamos frescamente, nos mirábamos e inmediatamente aparecía en la ventana de nuestra mente nuestras conversaciones frívolas, perversas y descabelladas. El aire refrescaba nuestros cuerpos con una gentiliza casi mágica. Creo que estábamos en la mitad de nuestro trayecto de pronto divisamos una bifurcación de nuestro camino, nos detuvimos perplejos, sin palabras y empezamos a pensar acerca de nueva posibilidades y direcciones. Nuestra ruta ya no era única, ahora nos enfrentábamos a una realidad agónica que súbitamente cambiaba los hábitos de nuestras mentes. Después de un cierto momento de meditación decidimos no continuar, nos sentamos al borde del camino, sin pensar que hacer porque solo necesitábamos descansar y respirar. Pasaban las horas y nosotros seguíamos sentados, conversando acera de otros a los que nunca habíamos conocido sino que solo habíamos escuchado ideas vagas ...

¿Quién quiero ser? En el Hamlet de Shakespeare nos encontramos con la conocida frase: to be or not be, that is the question. La pregunta de quién quiero ser dibuja en el panorama de mi mente aspectos cruciales que servirán como cimientos de la construcción de un nuevo ser. La pregunta me dirige inmediatamente a una confrontación profunda conmigo mismo para diseñar aquel horizonte, tal vez lejano pero añorado, que me permita ser lo que quiero ser. Quién quiero ser no es más que una voz interior beligerante que grita, carcome, conmueve, orienta, confunde e inquieta. Por otro lado, dicha pregunta me transporta al futuro pero al mismo tiempo me involucra en el aquí y el ahora porque pienso que, en realidad, todo lo que construyo en el presente es el reflejo de la posible y diferente persona que quiero ser. Así mismo, esta pregunta lleva inherente e implícitamente lo que quiero ser pero también lo que no quiero ser. Es también un reto diseñar un cuadro de lo que quiero ser porque...

OTRA VEZ Hoy he conversado con ella otra vez. Hace muchos años que yo la había visto con un traje de gala tratando de convencerme para dormir juntos. Estábamos muy cerca, ella me decía que no le gustaba mis proyectos, mis sueños ni siquiera mi respiración. Me quedé atónito frente a tales declaraciones, pero la ventana de mi mente me permitió percibir un mundo diferente. Yo la escuché y quise convertirme en un cómplice de sus vanidades pero por una inspiración divina pude borrar las huellas de mis primeros pasos que había caminado en su trayecto.  A ella no le gusta mis conquistas. En aquel entonces, yo no tenía amigos, tampoco enemigos, la soledad no era una compañía sino un refugio a veces efímero y otras veces consolador. Ella sabía que me encontraba solo como una gota de agua dulce en un mar salado. Me quiso acompañar, me sonreía, me tocaba la mano, me susurraba al oído pero yo la sentía extraña porque hacía todo para convencerme pero no le gusta que mis propias manos esc...

LA MUJER Siempre me han fascinado las mujeres. Es imposible no quedarse pasmado de paroxismo frene a una mujer que con un aire sensual mueve su cabello como si fuesen los jardines colgantes de Babilonia. Sería un pecado mortal no pararse y mirar cuando una mujer camina como si existencia del planeta   estuviera subordinada a sus encantadores y armónicos movimientos. Sería antinatural no sentir que la tierra está sostenida por la mirada traviesa, provocativa y sugestiva de una mujer. Sería una escasez de sensibilidad no quedarse inmerso en un mundo de locuras inmaduras escuchando la voz de una mujer tan nítida y fresca como un gota de rocío la amanecer que cae sobre la hierba verde. Sería una indiferencia aberrante no quedarse sin tragar saliva desmesuradamente frente a la sonrisa   de una mujer que se expande delicadamente hasta perfumar lo más recóndito del corazón humano. Es casi una experiencia providencial sentirse inmerso en un universo en el que una mujer se engríe...

UNA DEPARICIÓN NECESARIA Caminábamos juntos a través de una ruta amplia. No estábamos cansados, pero suspirábamos como si nuestra intuición plasmara un porvenir. Nos mirábamos e inmediatamente aparecía en la ventana de nuestras mentes conversaciones frívolas, perversas, punitivas y descabelladas. El aire rozaba nuestros cuerpos con una gentileza mágica. Creo que estábamos en la mitad de nuestro trayecto, sin embargo, nosotros pensábamos que ya habíamos llegado. Íbamos muy tranquilos por un solo camino, de pronto divisamos a lo lejos una bifurcación de nuestro camino, nos detuvimos perplejos, sin palabras y empezamos a pensar en un sinnúmero de posibilidades que nunca antes habíamos pensado. Nuestro camino ya no era único, nos enfrentábamos a una realidad agónica que súbitamente cambiaba los hábitos de nuestras mentes. Después de un corto momento de meditación decidimos no continuar, teníamos miedo de darnos cuenta que estábamos caminando, nos sentamos al borde del camino sin pensar ...

HE DECIDIDO Los días pasan, a veces, con un silencio visceral casi deprimente y frustrante. Los días pasan y yo aquí como un labriego esperando una cosecha escaza o como un campesino que sale de madrugada a visitar su chacra y  de pronto se percata que todo lo que sembró a sido destruido por una fuerte helada. Los días pasan y no veo la sonrisa de la luz. Los días pasan y tengo la sensación que mi vida se ha estagnado. Los días pasan y me da la impresión que no tengo tiempo para pensar en el tiempo. Los días pasan y mi única compañía es la soledad. Los días pasan y veo mis huesos tirados en una esquina oscura y mal oliente. Los días pasan y se llevan el aroma de la vida. Los días pasan y me siento huérfano, sin un pedazo de tierra. Los días pasan y hoy muero de muerte. Siempre he escuchado que la mayor fortaleza del hombre radica en transformar aquellos momentos palúdicos y macilentos, pero hoy he decidido no tener fortaleza, hoy he decidido  vivir angustiado, ansioso y mal ...

Ellos son los que un día me trajeron da la oscuridad a la luz. Esta en una foto en la playa de Chorrillos en Lima. Me dieron la vida, me criaron y me dejaron libre para enrumbar mi destino. A veces duele no estar juntos pero mientras más lejos nos encontramos, nuestras ansías de vernos se vuelven mucho más grandes. Dos seres realmente sublimes. Ellos no son inmortales, yo sí lo soy porque para mí la inmortalidad es un castigo, el sufrimiento será eterno. Emilia y Alejandro. Fénix.