SOLO UNA PREGUNTA
DESAPARICIÓN NECESARIA
Caminábamos juntos a través de una ruta amplia. No estábamos
cansados pero suspirábamos frescamente, nos mirábamos e inmediatamente aparecía
en la ventana de nuestra mente nuestras conversaciones frívolas, perversas y
descabelladas. El aire refrescaba nuestros cuerpos con una gentiliza casi
mágica. Creo que estábamos en la mitad de nuestro trayecto de pronto divisamos
una bifurcación de nuestro camino, nos detuvimos perplejos, sin palabras y
empezamos a pensar acerca de nueva posibilidades y direcciones. Nuestra ruta ya
no era única, ahora nos enfrentábamos a una realidad agónica que súbitamente cambiaba
los hábitos de nuestras mentes. Después de un cierto momento de meditación
decidimos no continuar, nos sentamos al borde del camino, sin pensar que hacer
porque solo necesitábamos descansar y respirar. Pasaban las horas y nosotros seguíamos
sentados, conversando acera de otros a los que nunca habíamos conocido sino que
solo habíamos escuchado ideas vagas acerca de ellos. Los describimos con
atributos muy peculiares que aparentemente
representaban la totalidad de sus seres. Tenían muy pocos talentos y
casi nada les era particular o propio. De pronto paramos nuestra conversación
porque nos habíamos cansado de describirlos tan objetivamente hasta el punto
que nos daba la sensación que ellos nos acompañaban. Nos miramos, nos reímos y
decidimos no hablar más sobre ellos sino acerca de ella lo cual hacía nuestra
conversación un poco más compleja y complicada porque ya no teníamos espacio
para la uniformización, para la exclusión, para la categorización. Era ella a
la que teníamos que atribuirle todo lo que habíamos escuchado. Dijimos muchas y
sentimos que ni siquiera habíamos empezado a hablar. ya no existía nadie más a
quien describir, entonces continuamos caminando muy felices hasta que cayó la
oscuridad, nos paramos, giramos en un solo lugar, ya no veíamos, pero de pronto
como si alguien nos tocara los ojos con unas manos benditas por un instante
cayeron de nuestras ojos unas lágrimas de fuego que nos permitió ver a unos
pocos centímetros de distancia. Lo vimos, se movía arrogante-mente nos miraba
con desprecio pero al mismo tiempo con tranquilidad, se puso estática, nos miró
a los ojos y empezó a hablar, dijo cosas inefables, mi memoria recuerda solo
algunas palabras borrosa-mente Nos preguntó: ¿qué hacen aquí? ¿ a dónde van? ¿Realmente
conocen su mundo? ¿Han vivido alguna vez? ¿ a qué especie pertenecen? Esta última
pregunta fue insoportable y nos trasladó inmediatamente a un mundo totalmente
extraño, creo que hemos desaparecido y probablemente nunca más se volverá a
preguntar algo similar en la tierra de los vivos. Ya no estamos aquí pero no
hemos ido a la otra vida. Lo único que ha sobrevivido en este trozo de
frivolidad es un pelo mío que se ha convertido en un insecto con forma de
mujer. Es ella la que nos ha interrogado. Hoy ella vive sola tranquila, con un
espacio inmenso, no pesa mucho, sus pies dejan pequeñas huellas que se
convertirán en atalayas de armonía. Pienso acerca de mi desaparición y no me
arrepiento, era una desaparición necesaria para que un insecto viva y sea ella
al dueña de este trozo de locuras inmaduras.
Fénix!!!!!!
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