UN CIRIO EN MEDIO DE UN TEMPLO
lo imperceptible,
es las alas de lo
bello, la imaginación
hace del cuerpo una
materia incorruptible, la imaginación,
exhuma los cuerpos
muertos, la imaginación.
Un cirio siempre encendido en un templo, la imaginación,
el pináculo de lo
inefable, la imaginación,
una paloma blanca que después del diluvio voló, la
imaginación.
Ayer imaginé:
el mundo dejó de ser
palúdico y mal oliente,
la gente vendía besos en vez de armas,
los jóvenes no vivían
de un de repente.
Ayer imaginé:
yo iba caminando por senderos, nunca
escogí,
el mundo en mis
manos, llevaba,
empezaba a vivir los años, nunca viví.
Ayer imaginé:
en un altar espiritual mi ser, contemplaba,
nadie tenía sed,
el agua fresca de nuestro manantial, bebíamos.
Sí. ¡Ella es la imaginación!
Ella desaparece aquella pesada cruz de mis hombros,
un paraíso de la
nada, crea,
ella se regocija en medio de
los escombros.
La imaginación susurra en los oídos de lo inimaginable,
ella es la voz de aquél silencio sepulcral del corazón,
la imaginación tiene alas de fuego,
ella es el origen de la creación,
y es que Dios, también, imaginó un mundo.
Fénix!!!
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