APRENDIZAJE
PLACERES
PLACENTEROS
Hemos
llegado este mundo posible como unos diamantes sin brillo ni forma, sin embargo,
las experiencias de la vida van moldeando y puliendo nuestras asperezas para
concedernos una belleza hermosa. Para mí lo bello es lo agradable a los ojos,
mientras que lo hermoso es lo agradable al cerebro. Es muy conocida la teoría
que sostiene que nosotros somos el fruto de lo que traemos y de lo que vamos
adquiriendo en la vida, es decir, que el medio ambiente, la cultura, las
experiencias, que de hecho son subjetivas, son influencias relevantes en el
desarrollo de un individuo. Es un viaje que lleva como equipaje principal el
aprendizaje. Entonces, este llega a ser como la piel que cubre todos los
órganos humanos para que estos adquieran forma, porque de lo contrario, ellos
se encontrarían en una situación caótica y por lo tanto desintegrada.
Así
podemos decir que el aprendizaje es una manera de embellecimiento, adaptación y
cambio dentro de un mundo que crece vertiginosamente. Por eso, pienso que los
seres humanos aprendemos incluso a aprender. Traemos con nosotros muchas cosas,
pero estoy convencido que aprendemos mucho más de lo que traemos, entonces, nos
encontramos en un suelo fértil donde podemos transformar los conceptos,
afrontar beligerantemente los protocolos, las convenciones sociales, que muchas
veces, nos insertan dentro de un mundo frívolo, sombrío y amenazante. Las
expresiones faciales, nuestros comportamientos, nuestras maneras de caminar, de
mover las manos, nuestras maneras de mirar son aprendizajes que han sido
cultivados como árboles fructíferos y hoy nos cobijamos bajo su sombra. Sin lugar a
dudas, dentro de este aprendizaje humano se encuentra la creatividad o creación
de cada individuo a través de la imaginación y las representaciones mentales.
El deseo es un aprendizaje, la manera cómo me miro a mí mismo es un aprendizaje
también. En realidad, todo lo aprendido es aprendizaje y todo aquello que
conduce a la transformación. Por eso, los
seres humanos frente a situaciones adversas a nuestras aspiraciones o
deseos, tratamos de crear circunstancias que nos permitan sentirnos
satisfechos.
A veces
escribo en plural (nosotros), porque, muchas veces, pienso que soy una multitud. Después de esta
corta peroración, trataré de enfatizar en algunos de mis aprendizajes, porque
de la única persona de la que puedo escribir es de Roli y si la reencarnación
es una realidad como posibilidad me gustaría reencarnarme en Roli Marín.
Pienso
que uno de mis principales aprendizajes es la satisfacción, el placer. Es aquí donde los placeres biológicos y aprendidos
se imbrican o se bifurcan. Probablemente existan otros, pero en este caso,
estos me ayudarán a explicar y
explicarme. Ir al cine, leer un libro,
comer un helado, jugar fútbol, escribir un poema, escribir un artículo, pensar
en los sueños, recordar momentos agradables, encontrarse cada día con la
subjetividad, imaginar situaciones placenteras son momentos de placer y
satisfacción. Todos estos placeres no son inherentes a mi naturaleza, sino que
los he ido adquiriendo en mi vida como cantos matinales o como las sonrisas de
los infantes. En ellos, se puede encontrar un simbolismo tan real como la
irrealidad que me conduce a un estado de
paroxismo. Alguien puede atreverse a decir que estos momentos son una sublimación,
pero no lo son, son simplemente placeres y satisfacciones aprendidas. Tampoco
se trata de llenar vacíos, sino de colmar y explotar la creatividad imaginativa.
Las actividades cotidianas que realizo están orientadas al placer y la
satisfacción. Así el placer se convierte
no en la cima de una actividad sino en el callejón por el que se desliza la
corriente de una vida para llegar a ser una actualidad. Definitivamente,
existen orgasmos aprendidos.
En uno
de mis poemas escribí que la vida es un orgasmo. Espero que esto ayude a
comprender el mensaje que subyace en el fondo de dicha expresión.
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