29 AÑOS
Ínclitos amigos
Acabo de escuchar un año más el alentador sonido de
las campanas celestiales y los elogios que aquel sonido providencial acaba de hacerme en nombre de todos ustedes y
los deseos que tiene de que mi modesta existencia se prolongue por muchísimos
años más, créanme, me conmueve hondamente el alma y por otro lado me hace
sentir una inmensa dicha porque ciertamente creo no haber llegado a los 29 años
conforme hubiera querido llegar. Por más que el hombre se propone andar
despacio, con tranquilidad y calma, siempre hay algo que nos entorpece en el
camino de la vida. Nuestros sentidos se
embotan y nuestras facultades disminuyen y entonces viene nuestra obediencia
ciega a los instintos punitivos y destructores
y a las ideas malévolas. Pero estando el hombre dotado de tal fortaleza de
espíritu, hay necesidad de vencer toda clase de tentaciones maléficas y en esta
tenaz lucha he aquí un día de reminiscencia.
He sentido flaquear mis fuerzas en el proceloso viaje
de mi vida, pero hasta hoy, he podido llevar mis pasos por el camino de la
virtud, despejando toda idea malévola y todo instinto pernicioso que ha querido
desviar mis pasos o entretenerme, en mi único y firme propósito de mantener mi
línea de conducta por ustedes conocido, y que creo me ha hecho digno del
aprecio general. Y me siento orgulloso de cuantos me cruzan en el diario
caminar me saluden con el respeto más sincero y luego me aprecien como todos
ustedes que este momento grandemente dichoso para mí me recuerdan pletóricos de
alegría. Desde mis abuelos hacer el bien a mis semejantes fue mi mayor placer y
satisfacción, porque tengo en mente la idea de que el hombre ha venido al mundo
a hacer el bien y no a hacer el mal. Los conceptos que muchos han vertido hasta
hoy sobre mi modesta persona dejan en mi cerebro y corazón la semilla del
estímulo y la sugestión que darán sus frutos provechosos mediante mis
pensamientos y acciones para seguir siendo merecedor del cariño y afecto de mis
amigos y semejantes.
Dicen que un dos de Marzo de 1984 divisé la luz del
mundo por primera vez y fue en un pueblo pequeño pero una cuna real de quietud
y concordia, hoy este mi terruño querido
se yergue señorial, lo recuerdo a cada instante porque me cobijó en mi infancia
en su regazo maternal.
En realidad, no estoy muy acostumbrado a contar los
años o a ser consciente del tiempo y del espacio porque mi mirada desde aquel
sublime pináculo me hace ver este pequeño punto como una totalidad, sin
dicotomías, sin brechas como una prefiguración de la eternidad donde no habrá
tiempo para recordar la simple presencia de un rayo de luz porque todo estará
iluminado por la luz verdadera.
He tenido un trayecto de vigía. He vislumbrado
horizontes diáfanos muy lejanos, pero a través de un proceso de purificación de
mis ideales los tengo muy cercanos en la palma de mi mano como perlas que
acarician mi existencia.
Un hombre renace a cada momento, sin embargo, no estoy
seguro sí ya he nacido, pero si ya lo he hecho, gracias recordarme en este
momento y levanto mis plegarias por su feliz ventura y que este pequeño
recuerdo queda fraguado en nuestras nuestros corazones como un grato momento.
En general me siento afortunado de ser el Roli
orgulloso de mi simplicidad. Me gusta soñar bastante y al mismo tiempo tengo
miedo de despertar de mis sueños porque
a veces pienso que ellos no van a encontrar un mundo donde
cristalizarse, entonces seguiré soñando porque creo que incluso lo que he dicho
es un sueño. Hay sueños que me están soñando.
Y por ello hoy me gustaría beber el elixir de la vida
para vislumbrar los umbrales de la longevidad y por qué no de la inmortalidad. He
visto al mundo pero el mundo aún no me ha visto.
Fénix!!!!!
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