FUE EMOCIONANTE

EN EL CRISOL DE LO SIGLOS



Un día en Bélgica se escuchó,

El ineluctable sonido de una campana.

Una vos del destino: caridad

Como punto cardinal de nuestro viaje al mañana.



Pedro José Triest con su beligerante rostro

Iba sonriéndole a la vida.

Rescatando la dignidad

De una ignominiosa caída.



Dedicó su vida

A los insignificantes, irrelevantes y abandonados.

Dándole a sus vidas

Un brillo y un color inusitados.



Con sus pies hollando

El oprobio de la sociedad.

Con sus manos esculpiendo

El rostro de la felicidad.



He aquí una de sus obras

Como antorchas en la oscuridad.

He aquí la caridad grabada con letras de oro

En las páginas de le eternidad.



Cepetri sacrosanto templo

Los rayos del sol penetran por tu ventana.

Haciendo de la desilusión esperanza

De la oscuridad diáfana mañana.



…….años Cepetri

Del amor y del servicio inagotable fuente.

Símbolo de entrega y trabajo

En medio de un mundo Apático e indiferente.

 

El espíritu Tristiano aún vive,

Como una sinfonía de caridad auténtica y constante.

Como un riachuelo nítido y fresco

Desbordante y refrescante.




Hoy en el cielo se escucha

La música de una diana.

Y aquí rendimos homenaje

A la dignidad humana.

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