LAS ESENCIAS NO EXISTEN

REPRESENTACIONES

Cuando decimos mundo ¿sabemos realmente a qué nos estamos refiriendo? Cuando decimos persona ¿a qué nos referimos? O en todo caso, cuando decimos carpeta ¿de qué estamos hablando realmente? ¿Alguien ha visto realmente un mundo, una persona, una carpeta?  Todas estas preguntas nos incitan a pensar en aquello que realmente sostiene casa objeto o sujeto. Pero si nunca hemos visto un mundo, una persona o una carpeta ¿cómo podemos hablar de estos con tanta certeza?  No se trata de dudar de cada cosa, sino que la certeza debe permitirnos el cuestionamiento y la interpelación. Es como cuando todo está caminando maravillosamente, llega un momento en el que paramos, porque tenemos miedo que todo sea tan maravilloso. Entonces, empezamos a preguntarnos si realmente la realidad externa tiene un sustento  o una base para ser lo que es. Partamos de este principio: nadie ha visto la mundoneidad, la personeidad, tampoco la carpeteidad. De aquí, se puede decir que aquello que hace que el mundo, la persona y la carpeta sean, no existe. Y probablemente, mundo, persona, carpeta sean una proyección mental de un0s conceptos que solo existen en la mente. Entonces, el mundo, la persona, la carpeta, no se encuentran afuera, sino en mi cabeza. Tal vez suene demasiado atrevido, prematuro e irresponsable, pero se puede decir que las esencias no existen, sino que los ejemplos antes mencionados, son simplemente una representación o accidentes de una substancia que no es más que invisibilidad. Es así como los nombres se convierten en atributos que no necesariamente denotan la realidad real. Pero alguien puede decir: el hecho de ser invisible no significa, necesariamente, que no exista. Tal vez esta expresión tenga sentido, pero en todo caso, la existencia sigue dependiendo de una transportación mental de conceptos a una realidad que solo adquiere sentido cuando es nombrada como tal.
Es bastante común escuchar en las conferencias, en los salones de clases,  en reuniones, en conversaciones cotidianas: lo esencial de este texto es….lo esencial de mi conferencia es…lo esencial de esta reunión es….lo esencial de esta conversación es… ¿a qué se refieren o nos referimos? Si fuese esencial no habría necesidad de imprimirlo en la mente de aquellos que escuchan. Quiero que no suene a consejo, pero  tengo que decirlo: lo que tenemos que hacer es, descubrir, no la esencia, porque no existe, sino aquello que subyace debajo de cada palabra, es decir, el mensaje, aquello que no se dice, entonces, cada sujeto subjetivado construirá una representación mental, un discurso de lo escuchado. Y digo cada sujeto porque nada es esencial en esta vida ni siquiera las esencias mismas. Las representaciones mentales son más que suficientes para crear mundos insospechables, impredecibles, muchas veces, más reales que la realidad misma. Yo también soy una representación mental.


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