UNA CONCEPCIÓN

Un sin número de dificultades se ciernen al rededor del hombre que a veces opacan la claridad del universo. Parece que el cielo y la tierra tratarn de conformar un infierno para bifurcar la dirección que el hombre intenta tomar en sus manos. Parece que incluso la más mínima particula se convierte en un enemigo. Las estrellas se convierten en espinas que hacen sangrar la cabeza, las alfombras de guirnaldas se convierten en botellas rotas, las canciones de la aves se convierten en aullidos tristes, las oraciones se convierten en ideas malévolas, las calles se convierten en cementerios. Entonces, viene nuestra obediencia ciega  a los instintos y nos perdemos en un mundo sin rumbo. Nos sentamos a reflexionar, hacemos muchas obras loables, sin embargo la realidad no cambia. Después de agotar nuestras meditaciones nos preguntamos por aquella realidad real y nos damos cuenta que aquel universo aparentemente hostil no es más que una concepción que nace en lo recóndito de la mente del ser humano. Al fin descubrimos que somos nosotros los que creamos nuestros mundos y que somos nosotros los que los destruimos. Hoy estoy escribiendo y quizás también esto sea una creación mía, o sea que yo solo concibo mis concepciones.

Fénix

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