TRAGEDIAS PERSONALES

Hay cosas en el viaje de un hombre que entorpecen y obscurecen la dirección obstaculizando la llegada  a aquella tierra prometida que es encontrarse con uno mismo, esto convierte al camino en una odisea constante. La creatividad y el espíritu del hombre se ven limitados y de pronto se convierten en herramientas poco útiles para levantar la frente y cambiar los hábitos de la mente. Los sentimientos se infectan y sus recursos no son suficientes. Hay días en la vida de un hombre que pueden ser un infierno sin salida. La mente se ofuzca y el corazón se aturde. Parece que la vida ya no tiene sentido, todo es monótono, no se escucha ni siquiera el silencio. Todo es como ayer.

Esta semana yo he pasado por un camino largo y sin espíritu, me he sentido muy frágil, sin fuerzas, nada me llama la atención, todo es inútil, todo tiene tiene veneno. Me gusta caminar, he salido, pero no me he sentido a gusto. Me he callado porque duele saber que uno se vuelve esclavo de la inactividad paulatinamente. Me he sentido muy triste, no lo sé porque, creo que me falta objetividad. Todo me molesta, incluso las palabras que vienen del más allá. Me he sentido sin ganas de sonreír, una languidez extraña ha puesto su mano fria sobre mí, no he sido capaz de disfrutar de aquellas melodiosas palabras que están escritas en el corazón. Nada me llama la atención, mis sentimientos de hombre se están esfumando. He jugado pero no he disfrutado, he hecho cosas para satisfacer a otros, me he duchado pero no he quedado limpio, he hablado con mis amigos pero no los he dicho absolutamente nada. He escuchado muchas conversaciones pero ni siquiera han tocado por un minuto aquel instrumento que armoniza la vida.

La tristeza, la melancolía me han embargado, no he reconocido al Roli que sabe la vida es mucho más que vivir, no he percibir al Roli que sabe que sonreír es una panacea, no he visto al Roli que sabe que los mejores momentos de la vida están hechos de locuras inmaduras. El Roli que se ríe de sí mismo ha desaparecido por una semana, la vida se ha negado a prestarle su regazo maternal. El Roli  que se felicitaba por cometer errores se ha escondido. El Roli que dice lo que le sale en el instante se ha cubierto con una vaciedad de espíritu que no es más que una tragedia personal. Creo que el intenta simular la vida. Pobre Roli! que ya no sabe que estar solo es sentirse acompañado. Pobr Roli! que ya no sabe que llorar es el elixir de la vida.

Tengo unas ganas inmensas de mandar todo al carajo.

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