ALGO REAL

¿ERES UN PACIENTE?


El sol estaba brillando tratando de iluminar la ventana de mi mente, era una tarde un poco abrigada, entonces yo decidí dejar la monotonía de unas cuatro paredes para exponerme a los rayos de aquella luminosa luz que me rejuvenecía relativamente porque mis ojos podían ver con más claridad entonces mis sueños eran mucho más grandes pero a la vez ellos estaban mucho más lejos. Después de  una decisión deliberada y consciente, caminé un poco en busca de un lugar para sentarme a contemplar o a leer algunos libros refrescantes pintados con la sangre de aquellos a quienes yo admiro porque creo que ellos pueden destruir o levantar muchas vidas, pero obviamente la decisión está en manos de la gente que lee aquellas magníficas líneas. Yo llevaba en mis manos un libro un poco filosófico para especular acerca de mi existencia que a veces se encuentra bajo la penumbra de mi racionalidad pura y estricta, después de caminar un poco como un loco sin un pedazo de tierra, me senté frente a una capilla para usar una de sus cuatro paredes como un soporte para mi espalda, creo que fue una idea un poco heroica sentir el peso de una capilla por unos momentos efímeros. Yo vestía unos Jeans azules, una chompa azul como normalmente lo hago para combinar los colores de mi ropa o quizás sólo para actualizar mis tendencias autísticas o para sentirme bien de ser un testarudo. Yo empecé a leer como un narcisista encerrado en mi propio mundo porque yo estaba absorbido por aquel pedazo de pan que se llama libro o tal vez porque yo veía mi imagen en las páginas de aquellas formidables líneas, de pronto un hombre con una mirada sospechosa, fumando un cigarro, con una mochila negra, con Jeans verdes y con una chompa verde vino hacia mí prudente y tímidamente. Me di cuenta, entonces paré de leer mi libro e inmediatamente le miré, el tiró su cigarro en el piso como en las películas para destruir todo lo que está a su alrededor en aquel preciso momento. Yo continuaba mirándole sin decir ninguna palabra porque yo estaba un poco curioso acerca de aquella situación. Se acercó un poco más, el me miró también y me preguntó con una voz elegante y muy clara: ¿Eres un paciente? Creo que ha sido la primera vez en mi vida que alguien me ha preguntado algo acerca de mi realidad pero no quise aceptarlo entonces en un cerrar de ojos le dije: ¡no!!!! ¡No lo soy! Yo sé que mi respuesta fue miserable e irrealista. ¿Qué quiso decir aquel hombre valiente y sincero con paciente? Probablemente el dijo algo acerca de su condición. ¿Me vio él como un paciente? ¿Tengo algunos signos que le dijeran que yo soy un paciente? ¿Quién es un paciente? Yo dejo esto a los especialistas para nos den una definición mucho más sofisticada o en todo caso para que al menos nos hablen de la etimología de este término, por eso yo prefiero hablar acerca de mi mismo, de mi vida privada y de mis propias experiencias.


Yo creo que soy un paciente porque últimamente me siento rejuvenecido, porque muchas veces he estado fuera de las cosas ordinarias, porque muchas veces me he sentido cansado de  haber escuchado a la sociedad decirme lo que tengo que hacer o cómo comportarme. Soy un paciente porque detesto la tiranía de lo normal. Soy un paciente porque muchas veces he construido mi propio mundo cerrado y vicioso y porque mis tendencias narcisistas me hacen creer que soy el centro de esta pequeña esfera. Soy un paciente porque soy adicto al aroma de la vida. Soy un paciente porque muchas veces he dudado de mi propia identidad. Soy un paciente porque muchas veces proyecto mis percepciones  destructivas a gente inocente. Soy un paciente porque muchas veces no sé qué hacer con mi trabajo. Soy un paciente porque muchas veces la gente me ha dicho cosas espléndidas pero yo no las creo. Soy un paciente porque escribo acerca de mi mismo, acerca de mi vida privada. Soy un paciente porque últimamente digo lo que quiero, yo sé que no debería hacerlo pero es imposible ir en contra de mis propias convicciones. Soy un paciente porque me rio de mi mismo, soy un paciente porque muchas veces he perdido el control de mi mismo para controlarme, soy un paciente porque un paciente me ha definido así. Soy un paciente porque tengo sólo 26 años y sin embargo estoy en una congregación religiosa. Soy un paciente porque quiero vivir sólo para Dios, mi amor es tan sublime e insondable que no puede quedarse en algo terrenal o que no puede ser dado a un humano entonces tiene que ir a un nivel mucho más superior que es lo divino, tienes que ser dado a un ser omnipotente con un amor inconmensurable que es Dios. Soy un paciente porque confronto mi realidad cada día, soy un paciente porque muchas veces me digo a mensajes punitivos. Soy un paciente porque a veces tengo complejos autodestructivos, soy un paciente porque a veces sobreestimo mi personalidad. Soy un paciente porque digo lo que pienso, porque soy diferente. He hablado en pasado pero es un pasado presente porque a veces el pasado también es un paciente.


El único argumento que puede decirte que yo no soy un paciente es el nivel de las características que he descrito anteriormente. Mi locura es sanidad. Ahora yo te pregunto: ¿Eres un paciente? Creo que aquel hombre fue muy asertivo porque no ha preguntado algo, él sólo ha afirmado algo que nadie me lo había dicho.

Fénix

Comments