DESPERTAD!!!

UN ESTADO DE ENSOÑACIÓN
Cuando los devenires de la vida dirigen su mirada sobre los presupuestos del  destino, nace una palabra, una idea, una oración, una vida nueva diseñada sobre aquello que no se dice. Es decir, aquellos mensajes implícitos que subyacen en el fondo de lo evidente, de lo palpable. Cada día vamos descubriendo un abanico de circunstancias  reales como la realidad, sin embargo, no nos hemos detenido un momento a pensar y a reflexionar en lo ignoto y desconocido de estas circunstancias, porque puedo decirlo, sin una sombra de duda, que detrás de cualquier evento existe una realidad mucho más real que la realidad misma. Entonces, parece que la realidad se presenta sin apariencias y como por arte de magia asumimos entender y comprender el mundo sin quitarle el velo que  éste lleva.
Lo que decimos, lo que escuchamos, probablemente, son los ecos o la resonancia de una voz casi inaudible, porque ésta no se encuentra en la superficie de nuestro mundo externo, sino en lo profundo de un mundo que necesita ser descubierto. Los colores, los aromas, los sabores invaden nuestros sentidos haciéndonos creer que ellos son una representación real de alguna esencia, pero nuestra voracidad exploratoria debería inducirnos a descubrir aquello que no se puede oler ni siquiera ver. Es así como nuestro entendimiento acerca del mundo parece fácil, parece que nos entendemos, porque escuchamos lo que se dice, pero no lo que no se dice. Probablemente, no nos entendemos porque decimos lo que no queremos decir.  Descubrir lo que no se dice ¿ayudará en nuestro entendimiento? Tal vez si lo descubrimos nos complique mucho más, pero al menos viviremos tratando de entendernos y no asumiendo que nos hemos entendido. Es un trayecto que nos permitirá respirar un aire puro y cristalino para limpiar aquellas ventanas opacas de nuestra mente. Es un camino que nos conducirá al templo de la consciencia. Los acontecimientos y eventos del mundo tratan de mantenernos inconscientes, sumergirnos en la comodidad, insertarnos en la ignorancia. Por eso tenemos que despertar con una visión crítica para ir creando nuevos horizontes. El mundo se presenta, se acerca, pero somos nosotros los que recreamos nuevos espacios. Aquello que no se dice volverá a recobrar vitalidad en su estado más prístino.
Entonces, en aquel momento diremos que hemos dejado de vivir en un estado de ensoñación.



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