LO RECUERDO COMO SI FUERA AYER

REALIDAD ILUSORIA

Allá donde la gente intenta subir por el árbol del conocimiento para conseguir el fruto de un universo luminoso con horizontes mucho más claros como los puntos cardinales de su viaje al mañana. Allá donde  una válvula es introducida en el corazón de la gente para mantener al aorta abierta, allá donde la gente escucha palabras preñadas de sabiduría para caminar mas fácil en aquella aridez por unas gotas de elixir, en aquel lugar llamado salón de clases, los desacuerdos pueden condenar a uno como blasfemo sin respeto por el templo y las doctrinas que los Fariseos y Escribas enseñan.

Yo creo que un salón de clase es el lugar donde nuestro espíritu es elevado a un lugar más alto para contemplar el mundo con otra perspectiva, sin embargo aquel lugar debería ser también un lugar donde la gente es liberada de sus realidades ilusorias.

Fue en el 2009 en una diáfana mañana en la que los rayos del sol trataban de penetrar a través de las ventanas de un salón en el que yo estaba inmerso por una cuestión del destino. Nosotros éramos 15 estudiantes creo que talentosos pero con una enorme diferencia en nuestras concepciones acerca de la vida. Como la mayor parte del tiempo pasa, yo estaba sentado en la primera fila en el lado izquierdo ya que la estructura del salón estaba dividida en dos columnas. El profesor estaba sentado frente a nosotros, los alumnos, para enseñarnos doctrinas un poco sospechosas porque el pensaba que  el es dueño de la verdad. El curso que el nos enseñaba tenia bastante información acerca de datos y eventos, no estoy seguro de su credibilidad  pero sé que lo más importante es el mensaje que hay detrás de esos eventos, lo más relevante es lo que esos eventos me pueden decir a mi, entonces ya no es necesario preguntar si existieron o no. Una parte del curso   era leer en cada clase algunas páginas de un libro que afortunadamente era acerca del tema. Mi turno había llegado para leer, lo hice talentosamente, con estilo, con gracia y con una gran fuerza interior, después de unos minutos aquel momento ya se había evaporado, entonces el turno era para mi compañero que estaba sentado a mi derecha un poco nervioso y ansioso porque mi presencia a veces da miedo y exige mucho. El empezó a leer con algo de inseguridad de pronto se encontró con unas palabras un poco difíciles a las cuales las pronuncio incorrectamente según la fonética, vale decir que la lectura fue en Inglés, con un sonido un poco jocoso. La mayor parte del tiempo yo dejo fluir mis sentimientos por eso me reí de aquello sin pensar acerca de lo que hubiesen podido decir los otros porque yo no soy responsable de sus complejos. El profesor me miro virulenta y furiosamente. Mi compañero continuó la lectura pero de pronto pasó de largo algunas líneas, entonces traté de ayudarle a ser consciente de aquello pero de nuevo el profesor me miró con unos ojos venenosos. El 80% de nuestra comunicación humana es no verbal. Después de una larga agonía la lectura terminó. Como solía ser, el profesor cogio su libro para darnos los textos para la próxima clase, yo cogi mi libro también con diligencia y probablemente con un poco de autosuficiencia. El profesor solía decirnos que marcáramos los textos que nos tocaba leer, todos estaban haciendo eso excepto yo, una de las razones fue que yo estaba tratando de hablar con mi compañero acerca de las lecturas, el profesor se dio cuenta y me dijo despóticamente: ¡no le disturbes! Empecé a respirar un poco más rápido. El profesor me dijo dictatorialmente: ¡siéntate atrás!  Definitivamente el estaba muy furioso, pero le pregunté una de mis preguntas favoritas: ¿Por qué? Como siempre no recibí ninguna explicación. El me preguntó: ¿Estas señalando tu texto?  No le dije, mi respuesta fue real, voy a leer todo el texto le dije sin inhibiciones y hasta quizás con un poco de petulancia, siempre lo hago y a veces mas de lo que se me pide. Tú tienes que pensar acerca de los otros porque tu estas pensando sólo acerca de ti mismo. ¿Piensas que tú tienes autoridad aquí? ¡Tú no me vas a decir que hacer! El profesor me dijo indiscretamente. Mis compañeros estaban sacudiéndose de miedo. Yo intenté explicar mis razones razonables pero el se puso más furioso con un apetito devorador sin dejar lugar para el diálogo. ¡Sal afuera! ¡Largo de aquí! me dijo con una voz como aquella de Pilato cuando perdió el equilibrio frente a Jesús. El silencio es más elocuente que la ignorancia. Yo dejé el salón sin saber a donde ir. Hay un proverbio chino que dice: “el hombre sabio no dice lo que sabe pero el necio no sabe lo que dice” Pude correr pero inmediatamente me di cuenta que no puedo escapar de la realidad. Estuve avergonzado porque eso fue humillante, no pude encontrar un lugar donde esconderme de mi mismo.  Salí por una puerta recordando que hay muchas ventanas desde donde podemos mirar un punto.

Pueden expulsarme de su clase, pueden ignorar mis palabras, pueden humillarme, pueden calificarme con un sinnúmero de adjetivos peyorativos, sin embargo nunca podrán quitarme mi manera de mi mirar a la realidad.

¿Por qué tenemos miedo de vivir en un mundo real? ¿Por qué queremos mantener ignorante a la gente? ¿Estamos seguros con nuestras reglas? ¿Por qué sacralizamos lo aprendido? ¿Tienen las reglas una dimensión supra temporal?

Una experiencia siempre me ayuda a mirar a la realidad desde diferentes ángulos pero al mismo tiempo eso me hace capaz de descubrir nuevos puntos de mi mismo. He descubierto algunas cosas a través de aquella experiencia que he descrito antes: yo detesto sentimientos obligatorios, yo detesto ideas imperialistas.

Fénix

Comments